jueves, 12 de septiembre de 2013

Estructura rizomática en Nocilla Dream

Desde mi punto de vista, la estructura rizomática de Nocilla Dream puede ser entendida, al menos, en dos niveles, dependiendo de las relaciones que establecen entre sí los materiales que componen la novela. Ambos niveles, claro está, se encuentran a su vez interconectados para formar un todo que no es solo la suma de sus partes. El primer nivel, ya explicado por Megan B. (http://poeticatech.blogspot.com/2013/09/el-espacio-liminal-como-cronotopo-de-la.html), es aquel que asoma en la trama: la novela se encuentra compuesta por una serie de historias fragmentadas que permiten que la obra pueda ser abordada sin un orden en particular. El artificio aquí es logrado gracias a la repetición, o ritornelo, como lo llaman Deleuze y Guattari en su ensayo "1837: Del ritornelo". Es posible andar en este mapa y no perderse gracias a ciertas señalizaciones dejadas por el narrador. Repeticiones de pasajes de un capítulo a otro se crean para que el lector pueda tender las relaciones correspondientes. "¿No conlleva un mapa fenómenos de redundacia [sic] que ya son como sus propios calcos?" (Deleuze y Guattari 18). A pesar de que esta técnica demuestra la maestría del autor, me parece que quedarse en este nivel, sería mutilar el postulado más importante de Fernández Mallo: la postpoética.

Como materialización postpoética, el segundo nivel que construye Fernández Mallo, y mediante el cual puede ser entendida la estructura rizomática de su novela, es aún más transgresivo para los cánones literarios. Aunque iniciada ya por algunos movimientos previos como los concretistas, el autor pareciera alzar la vara a mucha de la literatura contemporánea, no solo peninsular, sino, en general, de habla hispana. En este nivel, el carácter rizomático debe ser entendido como aquel que surge en el momento en el que la novela, como literatura, se fragmenta para incorporar elementos "ajenos", como la ciencia. Mencionan Deleuze y Guattari que "En un rizoma [...] cada rasgo no remite necesariamente a un rasgo lingüístico: eslabones semióticos de cualquier naturaleza se conectan en él con formas de codificación muy diversas [...] poniendo en juego no sólo regímenes de signos distintos, sino también estatutos de estados de cosas." (12). Así, la novela deja de ser entendida solo como compuesta de rizomas, o mesetas, en cada capítulo, para convertirse toda ella en un rizoma mayor: el estatuto de lo literario se modifica. No se trata ya solo de incorporar elementos de la ciencia a nivel temático, sino de alterar la materia literaria, volverla rizoma, colocarla entre dos o más yemas, en medio de dos o más disciplinas.

Fernández Mallo dispara su pluma a distintas ciencias y toma pedazos de ellas, las hace estallar como la bala que rompe un prisma y lanza sus pedazos por el aire. Y es con estas partes que va ensamblando un nuevo objeto, un nuevo prisma que re(fracta/fleja) la luz de una forma distinta, de una que no se parece a ninguno de los prismas anteriores a pesar de estar construido por sus fragmentos; por ello la novela está plagada de intertextos. Un ejemplo de esto es el poema del capítulo 85. Sobre él se menciona, a manera de nota, que "[...] la correcta interpretación no se obtiene con la lectura del poema o de su traducción, sino con la media aritmética de la lectura de ambos"(Fernández 160). El lenguaje aquí requiere de un código ajeno a él para poder existir: simbiosis matemático-literaria. 

Escribir para Fernández Mallo es precisamente eso: no escritura en el sentido tradicional. De allí el epígrafe de Duras: "Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiéramos" (13). El concepto de escritura, estocado por los concretistas, es rematado a muerte por Fernández Mallo. Su postura acerca de una concepción tradicional, enmarcada por una lógica de árbol y no de rizoma, queda plasmada en la fito-muerte, ya sea de forma explícita o implícita. Hay, por ejemplo, un árbol que crece después del fallecimiento de un ser querido y otro que es el lugar donde se "cuelgan los tenis", frase por antonomasia del eterno descanso.



Bibliografía citada

Deleuze, Gilles, y Félix Guattari. Mil Mesetas: Capitalismo y esquizofrenia. Trad. José Vázquez Pérez. España: Pre-Textos, 2002. Impreso.

Fernandez M., Agustin. Nocilla Dream. España: Candaya, 2010. Impreso.




jueves, 21 de febrero de 2013

Construcción y destrucción: la doble función del lenguaje en 1984, de George Orwell (Conferencia dictada en diciembre de 2012 en UC Berkeley)



La novela 1984, de George Orwell, fue publicada en 1949. En ella se muestra una sociedad que vive bajo la constante vigilia y control del Partido, el cual, es encabezado por el Gran Hermano. Winston Smith, el protagonista, decide rebelarse en contra de dicho poder después de años de trabajar reescribiendo el pasado en el Ministerio de la Verdad. Acompañado de Julia, su amante, visita a O' Brien para unirse al movimiento de resistencia conocido como la Hermandad. Traicionados por él, Winston y Julia son encarcelados y sometidos a torturas hasta que aceptan que no existe otra verdad más que la del Partido.
Esta novela representa un claro ejemplo del sistema carcelario que menciona Foucault en Vigilar y Castigar: Nacimiento de la Prisión, trabajo en el que me apoyaré como punto de partida para entender la función del lenguaje. ¿Por qué es importante el lenguaje? Porque desempeña un papel fundamental en las relaciones de confrontación y conformación que se dan entre el poder, los sujetos y los individuos. Aquí es posible identificar al menos cuatro de sus funciones. Dos de ellas pertenecen al lenguaje verbal y dos al corporal.
La finalidad de dichas funciones es determinada por quien las utiliza. Desde el poder, el lenguaje es una herramienta para destruir al individuo y construir al sujeto. Por otro lado, si es el sujeto quien lo utiliza, este se convierte en un medio para destruirse a sí mismo, como sujeto, y construirse fuera del poder, como individuo. Aunque ambos lenguajes resultan importantes para entender la obra, debido a la falta de tiempo, me limitaré a hablar solamente, y a manera de esbozo, sobre el lenguaje verbal. Así, será posible ver las formas mediante las cuales se manifiesta su doble función: creación y destrucción.

El Lenguaje desde el Poder: Destrucción del Individuo y Creación del Sujeto
Foucault menciona que una de las finalidades del poder es la normalización del individuo, lo cual, no es si no su transfiguración en sujeto. El objetivo es obtener de él el mayor provecho posible. Para esto se utilizan los distintos instrumentos e instituciones que componen el sistema carcelario. Uno de ellos es el lenguaje verbal.
La primera de las formas como el lenguaje verbal se convierte en instrumento del poder para destruir al individuo, es al permitirle crear, mediante la enunciación, las estructuras de lo que debe ser el sujeto. Así, todo comportamiento que se desvíe de esta norma, se tipifica como delito. En 1984, esto se expresa a través de los cuatro ministerios: el Ministerio de la Verdad, el Ministerio de la Paz, el Ministerio del Amor y el Ministerio de la Abundancia. Son estos los que dictan de qué forma se debe comportar el sujeto. El Gran Hermano habla a través de ellos para hacer escuchar su voz en cada rincón de la sociedad. Así, la relación entre lo que debe ser y el lenguaje, se deja ver en el hecho de que para cada crimen existe una palabra que lo describe. Esto se puede suponer de la mención que se hace del crimental. "Winston había cometido (...) el crimen esencial que contenía en sí todos los demás. El crimental (crimen mental), como lo llamaban (...)." (Orwell 11). Incluso, a nivel metafórico, la relación de estos ministerios como estructuración y del lenguaje como su medio, se expresa en el hecho de que, para cada uno de ellos, corresponde una palabra en neolengua: Miniver, Minipax, Minimor y Minindantia, respectivamente.
La segunda de las formas como el poder utiliza el lenguaje, es como un medio para modificar la forma de pensar del sujeto y, con ella, su pensamiento mismo. El ser humano, al razonar, utiliza el lenguaje como vehículo para articular y estructurar sus ideas. De esta forma, al modificarse el lenguaje, se modifica la estructura mnémica. Berel Lang, en su artículo "1984: Newspeak, Technology, and The Death of Language", menciona: "Thoughts or ideas do not just spring up in the mind, but adapt themselves and take their own shapes from the words and forms of languages that are available." (p. 8). En la novela de Orwell esto se muestra mediante la neolengua. Las palabras de esta son creadas de tal forma que restrinjan el pensamiento, evitando así todas aquellas ideas que no convienen al Partido. Syme, al hablar con Winston, comenta: "¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente?" (Orwell 27).
La tercera de las formas como trabaja el lenguaje verbal, es emulando una presencia constante. En la novela, el Partido logra esto mediante la telepantalla. Es con este instrumento y con el lenguaje que puede estar constantemente, de forma psicológica, en la vida del individuo. "La voz salía de una placa oblonga de metal, una especie de espejo empañado (...) El instrumento (...) podía ser amortiguado, pero no había manera de cerrarlo (...)." (Orwell 2). Así, el poder le recuerda al individuo, incluso cuando este no está viendo la telepantalla, que está allí con él. De esta forma se establece, como menciona Jean-Jacques Courtine en "A Brave New Language: Orwell's Invention of Newspeak in 1984", una vigilancia asimétrica y continua (6). Ante este hecho, el individuo no tiene otra opción más que ser sujeto.
Parte de esta relación entre la telepantalla y el lenguaje, tiene que ver con su función inversa: escuchar. De esta forma el lenguaje verbal se convierte en denuncia del individuo. Cabe destacar aquí que el poder no solo se vale de la telepantalla para esto, si no de cualquier otro medio del que disponga. "Cualquier sonido (...) era captado por el aparato (...) desde luego, podían intervenir su línea cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir (...) con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted sería registrado y escuchado por alguien (...)." (Orwell 2). Los espías son otro de los medios de los cuales se vale el poder para detectar la voz del individuo. Un ejemplo de esto es Ogilvy, quien "A los once había denunciado a su tío a la Policía del Pensamiento después de oírle una conversación donde (...) se había mostrado con tendencias criminales." (Orwell 24).
La cuarta manera como el lenguaje verbal influye en la construcción del sujeto, es la creación de una aparente realidad con la que este entra en contacto. Un entorno agradable, aunque sea así solo a los ojos del sujeto, evitará que este se reconozca inconforme con lo que le impone el poder y se rebele contra él. Lilian Feder menciona al respecto "(...) there can be no conception of reality without the experience of selfhood, and language is the most basic of instruments mediating between individual biological and psychological demands and the internalizations of external nature and society." (18).
En 1984, un ejemplo de la forma en que el Partido altera la realidad del sujeto son los nombres que pone a los productos. Al atribuirles vocablos asociados con el bienestar, su carácter dañino es atenuado o incluso, aunque de forma psicológica, eliminado. El líquido que toma Winston es una muestra de esto. Al beberlo "(...) se le volvió roja la cara y los ojos empezaron a llorarle. Este líquido era como ácido nítrico; además, al tragarlo, se tenía la misma sensación que si le dieran a uno un golpe en la nuca con una porra de goma." (Orwell 3) ¿Cuál es el nombre que atribuye el Partido a esta bebida?... Ginebra de la Victoria.
Otra de las formas mediante las cuales el Partido altera la realidad del presente es la modificación del pasado. Aquí el lenguaje verbal se manifiesta mediante la reescritura. Winston Smith, tiene entre sus funciones laborales editar todo aquello que haya sido publicado y que no coincida con la forma de lo que el poder determina que es la realidad. Un ejemplo de esto son los periódicos Times que llegan a sus manos. "(...) en el número del Times correspondiente al 17 de marzo (...) el Gran Hermano (...) había predicho que el frente de la India Meridional seguiría en calma (...) era por tanto necesario escribir un nuevo párrafo del discurso del Gran Hermano, con objeto de hacerle predecir lo que había ocurrido efectivamente." (Orwell 20).
Por último, el hecho mismo de que la destrucción del individuo y la creación de sujeto es llevada a cabo por el poder mediante el lenguaje verbal, se explicita en los registros existentes que validan la vida misma del sujeto y su existencia. Cuando se destruye al individuo y se crea al sujeto, se crea también una escritura. Cuando el sujeto es destruido, ese registro desaparece: vida y muerte, escritura y desescritura. Esto se muestra en 1984 cada vez que alguien es eliminado por el Partido. "El nombre del individuo en cuestión desaparecía de los registros, se borraba de todas partes toda referencia a lo que hubiera hecho y su paso por la vida quedaba totalmente anulado como si jamás hubiera existido." (Orwell 11).

El Lenguaje desde el Sujeto: Destrucción de Sí Mismo y Creación del Individuo
Desde la perspectiva de Foucault, el sujeto pareciera estar condenado a vivir bajo la sombra del poder. Incluso aquellas manifestaciones de aparente anarquía o resistencia, no son si no instrumentos de los que se vale el poder para preservarse a sí mismo. Es por eso que la única escapatoria que tiene el sujeto para convertirse en individuo pareciera ser su destrucción. Así, el lenguaje verbal es uno de los instrumentos para este proceso que implica, también, la construcción.
La primera de las formas mediante las cuales se manifiesta la destrucción del sujeto, llevada a cabo por sí mismo, tiene que ver con la escritura. El acto de escribir representa en 1984 la individualidad. A través de él, el sujeto puede comenzar a tener acceso a su memoria y hacerla visible para sí mismo. De esta forma, su expresión en el papel trae consigo la expresión del individuo mismo ante los ojos del hasta entonces sujeto.
En la novela de Orwell este acto de destrucción y construcción, semejante al del ave fénix, se muestra con el diario de Smith. Antes de escribirlo, el pasado le resultaba indescifrable a este personaje: "(...) era inútil, no podía recordar: nada le quedaba de su infancia (...)" (Orwell 3). Sin embargo, conforme la pluma se desliza sobre el papel, su memoria se va materializando, cristalizándose hasta tornarse visible ante sus ojos y con ella su individualidad. "(...) No sabía por qué había soltado esta sarta de incongruencias. Pero lo curioso era que mientras lo hacía se le había aclarado otra faceta de su memoria (...)." (Orwell 6).
La segunda de las formas mediante las cuales es posible ver la destrucción del sujeto y la creación del individuo es el miedo latente que expresa el poder ante la posible rebelión. En el momento que el sujeto muere y renace el individuo, el poder aparece frente a él sin el velo que lo cubría antes. Entonces, como menciona Feder, devienen los sentimientos y el compromiso del individuo con la rebelión. Así el peligro que representa la escritura para el Partido se muestra mediante el control que se ejerce sobre ella. Jean-Jacques Courtine menciona: "Power must thus become master of language since language is the living memory of man and offers him a space for inner resistance." (3). En 1984 esto se vuelve evidente en el hecho de que todos los materiales escritos que se producen son fabricados y controlados por el Partido. Un claro ejemplo de esto son las novelas creadas, no por escritores, si no por máquinas. En una de las menciones que se hace sobre Julia es posible leer: "(...) trabajaba (...) en las máquinas que fabricaban novelas en el departamento dedicado a ello." (Orwell 63).
La tercera de las formas mediante las cuales se muestra que el sujeto se destruye como tal y se construye como individuo es la resignación a la muerte, por un lado, y sus ganas de vivir, por otro. Aquí la escritura también juega un papel importante. Mediante ella, el individuo puede reconocer el lugar que ocupa dentro del poder. A diferencia del punto anterior, donde había un riesgo de rebelión, aquí la resignación juega un papel importante.  Habiendo aceptado su muerte, la del sujeto, que proviene de la escritura, el individuo no tiene otro remedio más que vivir hasta que llegue su muerte como individuo, que vendrá del poder. "Winston comprendía que ya estaba muerto. Le parecía que sólo ahora, en que empezaba a poder formular sus pensamientos, era cuando había dado el paso definitivo (...) El crimental (...) no implica la muerte; el crimental es la muerte misma. Al reconocerse ya a sí mismo muerto, se le hizo imprescindible vivir lo más posible (...)." (Orwell 15).
La cuarta manera como se muestra que el lenguaje verbal actúa en la construcción del individuo, tiene que ver con la comunicación interpersonal. A través de esta el sujeto puede descubrir las inconsistencias existentes entre los distintos instrumentos de la estructura carcelaria de los que se vale el poder. Menciona Lang: "(...) it would be a hindrance if people with conflicting information or ideas should speak to each other, since then they might begin to wonder about the differences between their stories." (4) Así, el cuestionamiento de la realidad podría tener como punto focal no solo la materialidad de la misma, si no también la relación que guarda el sujeto con ella y, por tanto, la conformación misma del propio sujeto. Descubiertas las manipulaciones del poder sobre la aparente realidad, se descubriría también la manipulación sobre el individuo que es llevado a vivir como sujeto y, por tanto, la existencia misma del individuo.
En 1984 esto se muestra en el hecho de que el Partido tiene una estructura que no permite al sujeto circular libremente entre los distintos puntos de producción o alteración de la información mediante la cual se construye la realidad que se le impone. Un ejemplo de esto es que Winston, al pertenecer al Ministerio de la Verdad, no puede tener acceso al Ministerio del Amor. "Era imposible entrar allí a no ser por un asunto oficial y en ese caso había que pasar por un laberinto de caminos rodeados de alambre espinoso, puertas de acero y ocultos nidos de ametralladoras. Incluso las calles que conducían a sus salidas extremas, estaban muy vigiladas por guardias, con caras de gorila y uniformes negros, armados con porras." (3).
Otra de las formas mediante las cuales se presenta esto es el hecho de que no todos los materiales de entretenimiento, producidos por el Partido, pueden llegar a manos de todos los sujetos. Existe, por el contrario, una categorización del sujeto dependiendo de su género y clase. A partir del lugar que determina el poder para él, es el tipo de información a la que puede acceder. Un ejemplo de esto es la pornografía. En su proceso de fabricación solo pueden intervenir las mujeres por ser consideradas menos corruptibles. "(...) en la Pornosec, excepto el jefe, no había más que chicas. Dominaba la teoría de que los hombres (...) se hallaban en mayor peligro de ser corrompidos (...)." (Orwell 63). En el proceso de distribución nadie puede tener acceso a ella, salvo quienes se encargaron de su fabricación. "(...) era enviada en paquetes sellados que ningún miembro del Partido, aparte de los que trabajaban en la sección, podía abrir." (Orwell 23) Al final, su consumo es realizado solamente por los que el narrador denomina como proles. "(...) Pornosec, la subsección (...) encargada de fabricar pornografía barata para los proles." (Orwell 63).
En pocas palabras, la novela de Orwell muestra a una sociedad que vive bajo el control y la vigilancia del poder, representado en este caso por el Partido y el Gran Hermano. Así, 1984 se convierte en efigie del sistema carcelario que menciona Foucault en Vigilar y Castigar: Nacimiento de la Prisión. En ella se muestran alguno de los instrumentos de los que se vale el poder para normalizar al individuo y obtener así el mayor provecho de él. Por otro lado, también se evidencian algunas de las estrategias que puede utilizar el sujeto para constituirse como individuo.
Aquí, el lenguaje verbal desempeña un papel fundamental. Es a través de él que se determinan las relaciones de confrontación y conformación que se dan entre el poder, los sujetos y los individuos. Sus funciones son determinadas por quien lo utilice. Desde el poder, el lenguaje es una herramienta para destruir al individuo y construir al sujeto. Por otro lado, si es el sujeto quien lo utiliza, este se convierte en un medio para destruirse como tal y construirse como individuo fuera de la estructura que le impone el Partido, aunque esto implique su muerte. De esta forma queda explicitada la doble función del lenguaje: creación y destrucción.
Trabajos Citados
Courtine y Laura Willett. "A Brave New Language: Orwell's Invention of 'Newspeak' in 1984." SubStance. 15. 2 (1986): 69-74. JSTOR. Web. 24 Oct 2012.
Feder, Lilian. "Selfhood, Language, and Reality: George Orwell's Nineteen Eighty-Four." The Georgia Review.  Verano de 1983: 392-408. JSTOR. Web. 24 Oct 2012.
Lang, Berel. "1984: Newspeak, Technology, and The Death of Language." Soundings: An Interdisciplinary Journal. Primavera de 1989: 165-177. JSTOR. Web. 24 Oct 2012.
Orwell, George. 1984. Trans. Rafael Vázquez Zamora. México: Salvat Editores, 1980. Impresión.

viernes, 19 de marzo de 2010

El arte es una necesidad del alma, por tanto, una necesidad social, tangible, plausible, reflejada en el carácter, en el comportamiento, en la violencia actual.